NOTA del Administrador

Los temas económicos acostumbran a ser muy controvertidos (por no decir polémicos) por su trascendencia con la vida cotidiana y sus difíciles relaciones entre teoría y práctica. Además los ejercicios que se puedan hacer en tendencias macroeconómicas, nunca están exentos de politizaciones. Es por eso que ruego, a los que tengan a bien comentar alguno de estos artículos, identificarse correctamente. Pues todos aquellos comentarios anónimos o que no guarden las formas, serán eliminados.

Las discrepancia nunca es un problema.

¡Gracias!


sábado, 27 de noviembre de 2010

ConsumeHastaMorir ElGranCasinoEuropeo256

Publicado por anticapitalistas0 en YouTube

domingo, 21 de noviembre de 2010

La muralla del capitalismo

A menudo tomamos a EE.UU. como ejemplo del triunfo de las economías de mercado. De hecho, para los neoliberales, los fundamentos económicos de ese país son el gran ideal, la meta a conseguir. Sin embargo, si viajan a Nueva York, a la zona más glamorosa de Manhattan… digamos en la quinta avenida unas manzanas antes de llegar a Central Park por el sur, verán unos edificios que les harán abrir boca y ojos por igual, lujosas tiendas llenas de los productos más selectos de todo el planeta. En fin, habrán llegado al corazón mismo del capitalismo. Ahora procuren poner los pies en tierra y mírenlos bien y miren el suelo que les rodea. No son las baldosas modernistas del Paseo de Gracia de Barcelona, de hecho ni siquiera se acercan a la vistosidad de las aceras de cualquier pueblo de provincias. Ante ustedes hay unas enormes placas de cemento liso, muy funcionales, pero con el único atractivo que el de los ennegrecidos chicles allí olvidados. Y si miran al asfalto de la transitada calle, es posible que detecten más de un profundo socavón en él. En mi última visita vi como uno de los valerosos ciclistas de la Gran Manzana introducía su rueda delantera en uno de ellos, lesionándose ambas muñecas.

El centro del universo capitalista es deslumbrante por arriba y decepcionante por abajo. De hecho nos deslumbra la inversión privada y nos decepciona la financiación pública. No es extraño en un país donde se vanaglorian de tener controlados sus impuestos. Dicen que su gran poder está ahí, pero… ¿es eso cierto?

Desde Central Park hasta el Sur de Manhattan, donde rutila el distrito financiero, se encuentra la capital oficiosa del capitalismo (la oficial sigue morando en la pérfida Albión). El lujo, la miseria, los trajes italianos, el sudor, la victoria y la peor de las derrotas se pasean por aquellas cuadriculadas calles, que no son más que un gigantesco puntito dentro de la enormidad olvidada de Nueva York. Sólo una porción dentro del más pequeño de los cinco sectores de la ciudad: Brooklin, Queen’s, Bronx, Staten Island y Manhattan. ¿Pero, qué es del resto de la Gran Manzana? Tan sólo el escenario de unos pocos fotogramas de cine y, sin embargo, allí, como en el resto de ese gran país, se esconde la verdad sobre el capitalismo. Barrios de emigrantes sin un sitio en la sociedad, barrios de clase media, barrios de clase baja, barrios de triunfadores, barrios de fracasados… todos los estratos de una sociedad que está terminando de digerir que ya no es el país de las oportunidades, porque los dueños del dinero han establecido un muro virtual muy difícil de escalar. Entre tanto, muchos ciudadanos que creyeron en el sueño americano han tenido que lanzar la toalla después de dejarse la piel en la construcción de ese gran Estado siempre inacabado. Tal vez un cáncer de estomago les alcanzó y, sin seguro sanitario y después de hipotecar sus sueños, termino por morir al no tener con que pagar sus últimas dosis de quimioterapia. Eso sí, algún oscuro ejecutivo se ahorró millones en impuestos a la hora de colocar el último ladrillo de la muralla invisible.

EE.UU. paga menos impuestos que cualquier país europeo, pero sus servicio a los ciudadanos son igualmente inferiores. Sin ir más lejos, ya hemos visto que el mantenimiento de una ciudad como Nueva York haría ruborizar de vergüenza a cualquier alcalde europeo y de indignación a sus conciudadanos. Ese es el significado último del “estado del bienestar”. En Europa nuestras ciudades gastan fortunas en servicios e infraestructuras que se han de financiar con impuestos. En EE.UU. es la iniciativa privada la que construye y las administraciones sólo mantienen lo que se puede con sus presupuestos, así que todo está pensado para que ese mantenimiento sea lo más barato posible, pero aún así, frente a la puerta de Tíffanis pueden verse algunos lindos socavones, y bajo el subsuelo, el subway mantiene la misma cara llena de cremas desde hace un siglo y sin hacerle ni una pequeña operación de verdadera cirugía estética.

Nueva York, a pesar de todo, sigue fascinando a sus visitantes y, en cuanto a sus habitantes, están tan orgullosos de su ciudad que no la cambiarían por ninguna otra. Pero es la ciudad de la inversión privada, en el país de la inversión privada. Allí el juego es otro donde los ganadores ganan más y los perdedores lo pierden todo. Así que cuando en mi ciudad veo excrementos en las aceras (una rareza en Nueva York), mendigos haciendo cola en un comedor público, turistas de mochila o políticos de derechas intentando expulsar a los emigrantes, me pregunto: ¿Dónde estarán construyendo la muralla?


sábado, 6 de noviembre de 2010

El negocio de Matías

Siempre que hay crisis aparecen brillantes oportunidades financieras para aquellos que saben sacar partido de la desgracia ajena. Y en eso mi amigo Matías es un maestro. También en esta crisis se ha aventurado en una de sus locas empresas que le harán rico. Esta vez la idea es sencilla. Se ha buscado un amiguete en los juzgados que le informa de los pisos que van a ser embargados por cantidades, a priori, poco voluminosas. Matías contacta con los propietarios antes de que se lleve a cabo el desenlace legal y adquiere la propiedad por el simple pago del rescate. Además acuerda con el inquilino (generalmente el mismo propietario moroso) un contrato de alquiler por cinco años a un precio algo inferior al del mercado (de otro modo, tal vez, no lo podría pagar).
¿Parece un negocio ruinoso? Pues no lo es. Matías ha creado una financiera donde sus inversores aportan el dinero para comprar los pisos y él les paga los alquileres como intereses de su inversión. Según su opinión, en cinco años acabará esta depresión y los precios de los inmuebles remontarán. Con la venta podrá devolver los capitales iniciales y con las plusvalías él se hará rico.
Por desgracia dos de sus inversores se han quedado en paro, por lo que han retirado sus inversiones, así que él ha tenido que pedir un préstamo al banco para cubrir la falta de líquido. Y ahora, al no encontrar nuevos inversores que cubran la baja, para pagar los intereses, ha tenido que hipotecar su propia casa... Tal vez sea una buena oportunidad para comprársela.

¡Gracias, Vicent, por dejarme publicar este artículo en tu blog!

viernes, 5 de noviembre de 2010

Inspiración tecnológica


El otro día estaba leyendo a un analista económico de esos que tienen casi tan poco crédito como yo y realmente consiguió inspirarme. Aquel buen señor hablaba de la aceleración de las olas de Schumpeter (debo reconocer que ni él ni la escuela austríaca son santos de mi devoción). No sé si fue debido a mi baja comprensión del inglés o a la visión de una de aquellas gráficas, que entendí que este economista había deducido crestas y valles en la economía dependientes de determinados desarrollos tecnológicos que impulsaban los primeros (aunque más bien era la influencia de los avances tecnológicos sobre la economía, lo que se medía). En la imagen aparecía una primera ola naciendo en 1785 impulsada por la energía del agua, colonias fabriles junto a ríos e impulsadas por molinos fluviales, le industria del hierro y las innovaciones textiles. La primera ola decae para dar la salida a otra en 1845 impulsada por la máquina de vapor, las vías de la minas que darán paso, junto a la máquina de vapor, al desarrollo del tren, y la aparición del la industria del acero que modernizará toda la metalurgia. Si a la primera ola le da un periodo de 60 años, esta sólo tendrá 55 años. En 1900 arranca otra impulsada por la electricidad, la química y los motores de combustión interna. Que nos lleva hasta 1950. Cada vez los períodos son más cortos. De hecho, a partir de 1950, no creo que el ilustre economista tuviese nada que ver con la explicación de las siguientes olas. De 1950 a 1990 van 40 años y sus motores son la industria petroquímica, la electrónica y la aviación. Finalmente la última ola, de sólo treinta años nos llevaría a 2020 impulsada por la digitalización, el software y los “new media”.

Mi mente se puso a trabajar con esas informaciones y analizando los datos llegue a la conclusión de que la gráfica se limitaba a hablar de olas tecnológicas pues en ella no se reflejaban los fenómenos como la gran depresión (aún al comienzo de la tercera cresta), la crisis del petróleo (al comienzo de la cuarta) o la gran crisis actual (en la cima de la que se cerrará en 2020). Por tanto de lo que se habla es únicamente de los grandes motores tecnológicos y su época. En casi todos los casos el impulso se viene preparando desde tiempo antes y en todos ellos el que toma la delantera tiene más oportunidades de obtener una compensación en forma de desarrollo económico. De este modo, como el comienzo de la nueva ola está cercano tendríamos que empezar a investigar y a desarrollar los motores de la próxima generación. Y si seguimos las reglas aparentes se trataría de una industria energética, una base tecnológica y una industria con aplicaciones lúdicas. Las energías limpias (eólica, mareas, solar...) son sin duda las tecnologías energéticas a desarrollar, tal vez junto a la de fusión, pero cuyos costes nos impiden tomar en solitario ninguna iniciativa al respecto. La base tecnológica va a ser, sin duda Internet 2.0, es decir IP6. En cuanto la tecnología de aplicaciones lúdicas, la TV interactiva por Internet; aunque en este campo las actuales redes de datos domésticas están muy lejos de suministrar este futuro con la calidad adecuada. Sobre todo cuando la nueva televisión será 3D y HD, tendrá juegos interactivos, como los de las actuales videoconsolas, y sin mandos, obedeciendo a una simple webcam, como está apunto de sacar Microsoft para su Xbox. Tambien la comunicación interpersonal se llevará a cavo por estos “terminales”.Así mismo el firmware de los nuevos dispositivos tendrá que ser tan amigable como para poder ser dirigido por la voz y sin demasiadas dudas, porque sus usuarios serán personas demasiado mayores para querer aprender los rudimentos de estas nuevas tecnologías. Por supuesto, habría un nuevo campo susceptible de mejorar sus tecnologías para poder sobrevivir hasta la siguiente ola. Se tendrán que mejorar las tecnologías referentes al reciclaje, ya que las actuales aún nos obligan a seguir consumiendo demasiados recursos naturales.